Hemos estado una semana en Marruecos concretamente en las ciudades de Fez y Mequinez y en el desierto de Merzouga. No es nuestra primera vez en Marruecos y hemos observado una evolución positiva en sus infraestructuras ,en su nivel de vida en aspectos higiénicos y sanitarios. La primera vez que estuve en Marruecos fue hace cuarenta años y era como viajar a otra época. Sin embargo he notado una regresión con respecto a la mujer y su papel en la sociedad. He notado un retroceso evidente con respecto a la última vez no hace muchos años. No es que no respete la cultura musulmana y sus tradiciones, es que todas las culturas y religiones tienen que evolucionar y adaptarse a los tiempos que vivimos. Al respeto a los derechos humanos y a la igualdad entre hombres y mujeres , eso a veces cuesta verlo y es algo indiscutible.
Marruecos es sinónimo de luz y color . Su gente sobre todo la que no está ligada al turismo es de una amabilidad y generosidad sorprendente.
La medina de Fez es la parte más vieja y amurallada de la ciudad . Fue fundada en el año 809. Es un laberinto de calle y callejones estrechos algunos sin salida donde te perderás sí o sí y eso forma parte de su encanto.
Se pueden ver mulos y burros acarreando mercancías como medio de transporte al no poder entrar coches .
Nuestro Riad Damia en Fez nos pareció perfecto. La habitación era enorme y todo el edificio tenía un encanto oriental , lleno de antigüedades y artesanía marroquí .