He pasado unos días en Caldas de Monchique, una villa termal situada frente a Portimao adentrandose hacia el interior en el Algarve portugués .Es un lugar muy tranquilo ,lleno de vegetación que se presta a descansar y pasear por sus alrededores,sobre todo en primavera en que la temperatura es muy agradable y hay flores por todas partes.La comida era deliciosa y el servicio excelente .Cuenta además con un spa donde hay piscinas y salas de tratamiento y masajes.
Era un regalo de mis compis de colegio que me hicieron al jubilarme y que hasta ahora no había podido hacer uso del mismo por múltiples circunstancias.
En Caldas de Monchique hay una embasadora del agua del lugar y los palé
s para cargar las botellas están pintados de un color rojo muy fotogénico.