Sao Tomé y Principe-7
Viernes 10 de junio de 2022
Recorrer la isla de Principe,
exceptuando la capital San Antonio y sus alrededores, es muy complicado y caro.
Se pueden alquilar moto-taxi, pero los caminos son terroríficos y no hay
señalizaciones de donde están los lugares de interés. Alquilar un coche cuesta
50 euros al día, en SaoTomé solo 35. Como conducir en estos lugares es muy
estresante decidimos alquilarlo con conductor por 15 euros más. No nos arrepentimos,
no hubiésemos visto todo lo que vimos, es decir los sitios más emblemáticos.
El día ha siso intenso y Vado,nuestro
conductor , se lo ha currado. Fuimos en primer lugar a playa Boi, atravesando
caminos embarrados entre la selva con enormes árboles óka,trepadoras,aráceas,palmeras…
Allí no quisimos bañarnos. No había nadie en esta playa paradisiaca . A continuación, llegamos al mirador de playa Banana
con unas vistas impresionantes.
Luego bajamos a playa Banana por
un camino con mucha pendiente y complicado donde esta vez sí nos bañamos. Había
otros tres visitantes más. La playa era alucinante, aunque la que descubrimos
en playa Jalé no tenía nada que envidiarle.
Después de descansar y bañarnos
durante una hora partimos hasta la Roca de Belo Monte convertida en hotel con
vista insuperables, cuidados jardines, una piscina enmarcada con la
En las estancias de la Roca se
respiraba el aire colonial y un cuidado gusto estético.
Luego nos llevó por una carretera
adoquinada hasta la Roca Sandy convertida en lujoso hotel y fábrica de
chocolate artesanal y de especias. Allí probamos el chocolate del 60%, del 70%
y del 80% . El chocolate a pesar de la buena materia prima no era una delicia
precisamente. Las Rocas son pequeñas aldeas con sus propia escuela, hospital y
casas para los empleados.
Bajamos a comer a san Antonio a
un lugar que conocía Vado y como siempre comimos pescado, arroz y plátano
frito. Había también carne de cerdo, pero viendo el estado de salud de los que
veíamos dejaba mucho que desear, habíamos decidido no comer carne.
Tras la comida fuimos a conocer
el sur de la isla, paramos en la casa de Vado que vivía en medio del campo en
unas condiciones muy básicas. Estaban solo su hijo pequeño con otros niños la
mujer había bajado al arroyo a lavar con la pequeña. Alucinamos cuando la vimos
subir la cuesta tan cargada como iba.
Visitamos a continuación playa Abady,
playa Salgara donde había un poblado de pescadores con muchas barcas en la
orilla.
Luego visitamos un mirador desde
donde se divisaba el comienzo de la zona reserva de la Biosfera donde el acceso
es restringido. En este lugar se respiraba una gran calma y se veían algunos
islotes a lo lejos.
Fuimos al Quintal Nova Estella y
por último a la Roca Porto Real, donde nos sorprendió el antiguo hospital
abandonado hace unos 15 años y devorado totalmente por la vegetación tropical.
Hicimos un montón de fotos porque era un lugar muy sugerente.
Nos tomamos unas cervezas y allí
finalizo nuestro intenso día de excursión.
Nos duchamos y dimos un largo
paseo por el rio, el cementerio y el mercado. Regresamos bordeando el rio para
recorrer al atardecer las calles que ya nos resultaban familiares. Con la luz
del atardecer los colores de los edificios castigados por el tiempo y la
humedad recordaban pinturas no figurativas y nos recordaban mucho a la Habana.
Cenamos en el hotel, Hubo una breve tormenta
con truenos incluidos.