Tercer día de viaje -Sábado
seis de mayo de 2023
Desayunamos en el hotel, esta vez con conocimiento de causa,
sabiendo lo que era cada cosa y lo que nos gustaba y lo que no. Lo que creíamos
que eran caramelos eran los azucarillos en un formato nunca visto. Sin duda de
todo el bufé el Menemen era lo que más me gustaba una especie de revuelto de
huevos con tomate muy especiado y las tostadas francesas.
Luego fuimos a primera hora al palacio Topkapi y apenas
había gente de lo que nos alegramos porque a la salida era una marea humana la
que inundaba todo el recinto. Fue todo un acierto ya que pudimos hacer fotos
sin problema.
El espacio y los jardines
del recinto eran enormes y
repleto de salas que tenían mucho contenido :armas,ropaje,libros,cuadros
,caligrafías…
Al comprar las entradas nos dieron unas autoguías en español,
dejando el DNI en deposito para recupéralo a la salida al devolver las guías.
Entre los numerosos jardines y edificios algunos tenían
balcones y miradores con impresionantes vistas al Bósforo. Algunas
edificaciones de diferentes épocas y estilos eran realmente bellas.
Como curiosidades los sultanes como toda la gente poderosa
eran tiranos y caprichosos y entre sus diversiones estaba poner a navegar a
personas enanas subidas a barquitos en los
estanques del palacio.
Las numerosas esclavas y concubinas del harén eran todas
judías y cristianas porque su religión prohibía hacer esclavas a las de
religión musulmana. Luego tomamos un café y un zumo en el Green Corner ,nuestro
café favorito de Estambul. Buscamos después como llegar al Gran Bazar, que para
mí fue una gran decepción . El edificio
es muy antiguo ,bonito y bien conservado,pero lo que venden es muy repetitivo y
abundan los productos chinos que venden en todas partes del mundo. Eso de que
allí puedes encontrar de todo es totalmente falso. Abundan las
joyerías,las tiendas de cerámica
,de alfombras y de ropa de imitación.
Nada que me atrajera lo más mínimo.
Me gusto casi más el Bazar de las especias y sus alrededores.
Me resultaban tiendas más auténticas y con más variedad de productos. Es lo que
tiene la globalización venden los mismos productos idénticos en todas partes.
Tan solo en Laos y Camboya vi mercados con productos exclusivamente del país.
Se nos había hecho muy tarde y conseguimos comer en Balkan Lokantatasi Swelf
Service donde tenían gran variedad de platos algunos típicos de la gastronomía
turca y que funcionaba en plan autoservicio y tenía un buen precio. Lo malo que
siempre estaba llenísimo de gente.
Echamos una pequeña siesta y fuimos andando, atravesando el puente de Galata viendo de nuevo a sus omnipresentes pescadores, llegamos al empinado barrio Karaköy para llegar a la torre Galata. Gracias a la situación del barrio en lo alto de una colina, la Torre de Gálata, su símbolo por excelencia, resulta visible desde cualquier punto de la ciudad, permitiendo al turista encontrar sus calles sin mucha dificultad.
Tomamos un café y un té en una terraza a los pies de la
torre. Después callejeamos viendo el ambiente y sus tiendas. Luego cogimos el
metro hasta llegar a la plaza Taksin escenario de los grandes acontecimientos
de la ciudad entre ellos las manifestaciones que hubo en 2013 contra el
Gobierno y que fueron fuertemente reprimidas. Vimos el monolito a la República,
la mezquita y una iglesia cristiana cercana que estaba rodeada por alambrada de
espino.
Bajamos por la emblemática Avenida Istiklal, la mayor arteria comercial de Estambul, dicho
barrio fusiona a la perfección la monumentalidad de su arquitectura y la
bohemia de sus comercios. Miles de personas circulan por ella apartándose
cuando pasa el tranvía.Bajamos un buen trecho hasta coger el tranvía que nos
llevó a Eminönü donde estaba nuestro hotel. Compramos unos pastelitos y unos
churros que mojaban en una especie de almíbar. Estábamos tan repletos que
compramos frutas y yogur para cenar en el hotel y nos fuimos a descansar y
preparar el contenido del siguiente día.
Deseando ver el siguiente, que será tan bonito como este. Besos.
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