Sao Tomé y Principe-6
Jueves 9 de junio de 2022
A las 7,30 nos recogió el taxista
para llevarnos al aeropuerto por 5 euros. Ese día como no nos daba tiempo
desayunar en el hotel el día anterior habíamos comprado algunas cosillas para
el desayuno.
El aeropuerto es minúsculo y sin
apenas movimiento por lo que la facturación y el embarque son simples y rápidos.
Permitían 15 kilos por persona mas 5 de la mochila. La sala de espera es muy
pequeña con un pequeño bar y una tienda que estaban cerradas.
A las nueve menos algo la azafata
abrió la puerta que comunicaba con las pistas y fuimos andando por la pista
hasta la avioneta, en total 18 pasajeros.
Los pilotos eran rusos y mayores ,en
35 minutos aterrizamos en Principe. Estábamos sentados justo detrás de los pilotos,
por lo que vimos perfectamente el despegue y el aterrizaje. Al aterrizar nos
preocupamos un poco porque veíamos que la avioneta bajaba y solo se veía selva
hasta que de repente apareció la pequeña pista.
El edificio del aeropuerto era la
mínima expresión. Nos obligaron a lavarnos las manos al llegar y el equipaje lo
trajeron en un carrito y cada uno cogió lo suyo.
Nos recogió un taxi por 10 euros
que nos llevó hasta el Residencial Principe. Un lugar muy básico y humilde, eso
si muy limpio y con una buena ubicación, pero en esta pequeña isla hay hoteles lujosos muy
caros o básicos y baratos. Tiene un área de 136 km² y una población de 8000
personas. Su altura máxima es el pico de Príncipe (948 m), localizado al sur de
la isla, y que forma parte del área forestal del parque natural Obo.
Una vez acomodados cruzamos el puente hacia el centro de la ciudad. Cada lugar tiene su carácter y su estilo propio y nada más aterrizar esta isla se ve mas verde y con más nivel. Todo está más limpio y cuidado y su gente se ve más tranquila. Nos encantó desde el principio. San Antonio la capital solo tiene 1200 habitantes. Es la capital más pequeña del mundo.
La gente muy tranquila y amable te saludaba al cruzarse contigo. Había
edificios coloniales descuidados, pero en mejor estado que los de sao Tomé y
con colores vivos.
Llegamos a una pequeña bahía donde
desembocaba el pequeño río que atraviesa la ciudad. Vi muchas mariposas,
saltarines del fango, cangrejos de los cocoteros y un martín pescador.
Fuimos bordeando la bahía entre
casa muy humildes donde nos cruzábamos con gente sonriente que reparaba sus
barcos o lacaba en los pequeños arroyos. Regresamos a las doce, hora en que
salían los niños de los colegios y al igual que en Sao Tomé hay una población
menor de edad muy abundante.
En un lugar limpio y muy amplio
nos tomamos unas cervezas y una tapa de ensalada de pulpo deliciosa. Había unos
adolescentes con uniforme escolar muy educados con sus móviles que compartían
todo lo que compraban en el local.
Seguimos callejeando por sus
calles y es como si hubiésemos tenido una regresión en el tiempo de 50 años,
sus peluquerías, sus tiendas el tipo de vida en la calle.
Visitamos el mercado que era muy
pobre y desabastecido. Compramos algo de fruta.
Decidimos comer en el Almacén
donde nos habíamos tomado la tapa de pulpo. Pedimos entre otras cosas pulpo a
la brasa y todo estaba delicioso y con una presentación de nivel. Las setas con
beicon también estaban ricas. Tras la comida continuamos recorriendo lo poco
que nos quedaba por ver y fuimos a echar una siesta.
Tras la siesta y antes que
oscureciera seguimos la calle del residencial hacia el monte y terminamos en
una selva donde bandadas de yacos nos sobrevolaban dando gritos, se recogen al
atardecer y van a dormir en grandes árboles en grupos numerosos.
Yaco (Psittacus erithacus)
Vimos enormes árboles, los
caladiums y alocasias crecían por todas partes.
Luego seguimos el camino que
bordeaba el río y llegamos lejos. No nos cansábamos de ver tanta vegetación:
diefenbachias,helechos, calateas…
Compramos algo para la cena en la
tienda frente al residencial. Allí descubrí que hay yogures que no necesitan
conservación en frío.
Dimos un último paseo por el
pueblo para verlo de noche. Ambiente cero.Iluminación escasa ósea a dormir.
Me gusta la isla, se ve tranquila. Un beso.
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